Metrobús: se demora mucho menos

El Metrobús de la 9 de Julio, explicaron desde el Gobierno porteño, llegó a la avenida más emblemática de la Ciudad para beneficiar a unos 200 mil usuarios del transporte público. Pero, llamativamente, diez días después de su inauguración (y pasadas las vacaciones de invierno), no fueron los pasajeros de colectivos los únicos que resultaron favorecidos. A bordo de un auto, PERFIL recorrió la avenida de un extremo a otro en hora pico y confirmó que con la obra, también los automovilistas lograron bajar sustancialmente los tiempos de sus viajes.


Para la Subsecretaría de Tránsito y Transporte porteña, el año pasado, cuando todavía no se habían iniciado los trabajos, los automóvilesdemoraban entre 28 y 35 minutos–dependiendo de la dirección en la que fueran– en recorrer los tres kilómetros de extensión que tiene la avenida en horario pico (de 8 a 10 y de 17 a 19). En sentido Sur-Norte, los tiempos siempre fueron mayores. Las demoras entre Santa Fe y Libertador eran frecuentes antes de los carriles exclusivos y lo siguen siendo ahora, con su implementación. PERFIL cubrió ese trayecto ayer, pasadas las 8, y desde el cruce con la avenida San Juan hasta la calle Arroyo, esos 35 minutos se redujeron a casi 25.
Según indicaron desde el Gobierno porteño, el flujo vehicular que transita por la 9 de Julio no sufrió variaciones entre el último año y el actual. Desde el Sur ingresan al corredor unos 6.300 vehículos cada 60 minutos en hora pico (3.500 provenientes de Puente Pueyrredón, mil de la Autopista Buenos Aires-La Plata y 1.800 de la 25 de Mayo). Pero de ese total, se estima que un 33,3% (unos 2.098 coches) circulan menos de diez cuadras por la avenida. El resto, 66,7% (unos 4.202 autos) salen más adelante o forman lo que se denomina “tránsito pasante”, es decir aquellos que no tienen como destino la zona del centro.
En dirección opuesta, suman un total de 6.500 por hora: (4.500 desde la Autopista Illia y dos mil se incorporan por Libertador o Alvear). Entre este grupo, un 39% (2.548 autos) abandona el corredor central a las pocas cuadras. El resto, 60,8% (unos 3.952 coches) lo hace a la altura del Obelisco o recorre toda su extensión (ver infografía).
"El tránsito está bastante más fluido. En Juan B. Justo, el Metrobús funcionó bien para los colectivos, pero no para los autos. Ojalá acá siga así", opinó José, que conduce uno de los 300 taxis que circulan por hora en la avenida.
Concluido el primer viaje se procedió a medir los tiempos del regreso, hacia el extremo sur, por los carriles centrales. En este caso, las estimaciones que maneja el Gobierno porteño –también de 2012– marcan que debían emplearse al menos 28 minutos para hacerlo. Sorpresivamente, PERFIL recorrió el trayecto en un tiempo similar al que lo hacen los colectivos: solamente 15 minutos y 10 segundos, casi sin disminuir la marcha más que para detenerse en los semáforos. De hecho, entre la avenida San Juan y el Obelisco, la demora fue de apenas 6 minutos y 50 segundos.
Desde la Subsecretaría de Tránsito y Transporte porteña explican que la agilización del tránsito obedece al reordenamiento impulsado a partir del Metrobús. “Al estar prohibidos casi todos los giros a la izquierda, los autos que van por el centro no tienen  interrupciones”.
Por las laterales. Los tiempos también sorprenden si se unen los extremos Sur y Norte por las calles Bernardo de Irigoyen y Carlos Pellegrini y Cerrito y Lima. Para estos casos, el Gobierno de la Ciudad no dispone de datos anteriores para comparar. Sin embargo, con un carril más y ya sin combis en la zona del Obelisco y del Teatro Colón (ahora estacionan y cargan pasajeros en la nueva terminal subterránea), el trayecto Sur-Norte demandó 30 minutos y 25 segundos. Y en sentido contrario 15:50. Aliviado por la descongestión en la zona, Ariel, un chofer de combi opinó que “hay veces que es mejor ir por Carlos Pellegrini que por los carriles del medio”.
Pese a la fluidez, los cambios en el tránsito traen confusión en algunos conductores. Agentes de tránsito, en casi todas las esquinas, hacen por ahora un trabajo de orientación a los conductores. En pocas semanas, también comenzarán a labrar multas.
El punto débil: en sólo diez días ya hubo dos piquetes
A diez días de la inauguración del Metrobús de la 9 de Julio, parece haberse cumplido uno de los principales temores de funcionarios y usuarios: que los carriles exclusivos del nuevo sistema se transformen en un blanco frecuente de protestas y cortes de calles.
En las últimas dos semanas el Metrobús fue cortado dos veces. El primero, al segundo día de que comenzara a funcionar, cuando trabajadores municipales municipales de la provincia de Buenos Aires bloquearon el tránsito a la altura de Córdoba en protesta por mejoras salariales. El resultado fue caos de tránsito durante casi toda la tarde, seis detenidos y una denuncia penal del Gobierno contra los manifestantes.
El último corte fue el jueves después de las 15, cuando delegados de ATE y empleados del Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad se instalaron en el carril mano a Retiro para denunciar precariedad en las condiciones de trabajo y exigir mejoras en el sueldo. En el momento, los manifestantes indicaron que la elección del Metrobús fue porque se trataba de un “símbolo del macrismo”.
La Subsecretaría de Tránsito y Transporte porteño dispuso 50 agentes en moto para actuar en estos conflictos. Sin embargo, los agentes no evitan los cortes, sino que desvían el tránsito por calles laterales cuando ocurren, algo que probablemente sea bastante más seguido de lo que los funcionarios esperarían.



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