Segunda fundación de Buenos Aires
Segunda fundación de Buenos Aires
Fuente: Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires (C.P.P.H.C.)
La ciudad y el río. Sitio fundacional. La ribera
Juan de Garay, proveniente de la Ciudad de Asunción del Paraguay, a mando de sesenta soldados, la mayoría de origen guaraní, funda el sábado 11 de junio de 1580 la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires.
El emplazamiento inicial constaba de ciento treinta y cinco manzanas, nueve manzanas de este a oeste, o sea de las actuales Balcarce y 25 de Mayo hasta las de Salta y Libertad y quince de sur a norte, o sea desde las actuales Independencia hasta Viamonte.
El sector elegido, era una planicie que se abría hacia la pampa como lugar casi despoblado en relación a sus enormes proporciones, habitada por tribus de indígenas, propietarias naturales de aquella inmensidad.
Hacia el estuario del Río de la Plata la nueva ciudad estaba protegida, por aguas poco profundas que impedían la llegada directa de los navíos a la costa, constituyendo una defensa de la naturaleza contra las naves piratas. Las colinas del entorno servían como miradores para el control visual del estuario del Río de la Plata, son hoy las del Parque Lezama, la Plaza San Martín, Recoleta y Barrancas de Belgrano.
Primer edificio público: El Fuerte y la Plaza Mayor
Como era costumbre en la fundación de las ciudades españolas, se reservaban espacios para las iglesias y para la Catedral, también para la plaza principal o Plaza Mayor.
Determinada la misma se le adjudicó a la Catedral la media manzana que ocupa actualmente; al cabildo el predio que hoy cuenta, reducido por la construcción de la Av. de Mayo y la Diagonal Sud, que lo han limitado en su frente y en la superficie en relación al predio que ocupaba originalmente (tenía once arcos, hoy muestra solamente cinco).
Don Juan de Garay se reservó el predio que hoy ocupa el Banco de la Nación, dejando frente al río por el este el baluarte defensivo de la Ciudad, nos referimos al Fuerte que, emplazado sobre la barranca, dominaba el estuario (actualmente ese sector está ocupado por la Casa Rosada). |
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El Fuerte de Buenos Aires, comenzó a construirse a comienzos del siglo XVII, completándose la obra en la segunda década del siglo XVIII, cien años de construcciones lo convirtieron en un sitio amurallado de piedra, con un foso perimetral, puente levadizo enfrentando la Plaza Mayor, donde hoy se encuentra el arco de entrada a la Casa Rosada. Baluartes en sus ángulos con cañones para la defensa e instalaciones interiores para el asiento de las autoridades coloniales, que después de 1810 utilizaron los gobiernos patrios hasta principios de la presidencia de Julio A. Roca a comienzos de 1880, quien decidió la demolición total de los viejos restos en pié de la fortaleza. |
La Alameda, primer paseo público. Construcción Aduana de Taylor.
Hacia el norte, desde la época virreinal se fue conformando un sector de paseo sobre la ribera del Río de la Plata, llamado Paseo de la Alameda. El mismo recibe mejoras en la época del Virrey Vértiz y adquiere características de paseo costanero en el periodo del Virrey Sobremonte.
La Ciudad tenía un contacto directo con su río; sus habitantes lo usaban para el lavado de ropas en las toscas de la costa, para el aprovisionamiento de agua para el consumo, donde los carros de los aguateros tenían lugares preestablecidos para extraer el liquido elemento.
Cualquier observador costero se enfrentaba sin barreras con un panorama inigualable del enorme estuario, coronado por un horizonte infinito constituyéndose en el primer paseo público de la Ciudad estructurado para un fin especifico.
La necesidad de exportar nuestros productos y de recibir productos manufacturados de otros países, con buques de mayor calado, hizo necesario pensar en un amarradero de cargas con su aduana de control, en un lugar de fácil acceso desde el centro de la ciudad.
Así en 1855 se encargó al Ingeniero Eduardo Taylor la construcción de una aduana para recibir las cargas provenientes del extranjero y para el envío de nuestros productos. Contaba con una torre central, portadora de un faro para ser observado desde varios kilómetros adentro del estuario.
Según las referencias de los visitantes su presencia era muy destacable. Poseía almacenes para depósito de mercaderías y un riel en el espigón facilitaba el movimiento de zorras de carga, hacia y desde los barcos que se acercaban, ahora sin el auxilio de los viejos carros tirados por bueyes. Los trescientos metros del espigón garantizaban, cuando no había bajante, la profundidad necesaria para el acercamiento de los grandes barcos de entonces.
Demolición de la Aduana. Fin obras en Casa de Gobierno. El relleno costero.
El enorme edificio de la Aduana de Taylor, símbolo de la Ciudad de Buenos Aires, durante treinta y siete años, es demolido en 1895. Sin embargo su planta baja, y parte del primer piso quedaron intactos, sepultados debajo del relleno que dio origen a los espacios verdes, que precedían a las obras de Puerto Madero, finalizadas hacia fines de siglo XIX.
En el siglo XX se establece un espacio verde, con carácter de plaza pública, en lugar de la Aduana de Taylor, que es la actual Plaza Colón. Los barcos modernos con su mayor tamaño y su nueva tecnología atracaban ahora en los cuatro nuevos diques ingresando por Dársena Sur y Dársena Norte. Posteriormente, avanzada la segunda década del siglo XX, fueron finalizadas las obras de Puerto Nuevo, ubicado hacia el norte de la calle Córdoba, constituido por un sistema de dársenas abiertas que facilitaban el movimiento de los navíos, en contraposición con el sistema de dársenas cerradas que se había adoptado para el Puerto Madero.
El relleno costero, producto de las obras portuarias, modificó el aspecto de la vieja Alameda colonial, convertida en el Siglo XIX en el Paseo de Julio y en la actualidad en un conjunto de avenidas surcadas por infinidad de vehículos a motor.
Surgieron con las obras portuarias los enormes galpones ladrilleros y una amplia parrilla de vías férreas que atravesaban el sector de norte a sur. El río se había alejado para los porteños, habíamos perdido ese encantador contacto con el estuario, a medida que transcurría el tiempo las nuevas construcciones harían desaparecer el horizonte infinito del Río, hasta alcanzar la frustración de nuestros días, de haberlo perdido casi por completo. Un dato significativo marca la situación extendida desde la Boca, hasta el barrio de Núñez, la ambición por construir llevó a los sectores rellenados de la costa a alcanzar casi la sexta parte de la superficie total de la ciudad de Buenos Aires.
El sitio fundacional de la Ciudad de Buenos Aires, es la actual Plaza de Mayo y su Centro de Interpretación funciona en el interior del Monumento a Cristóbal Colón, en el Parque Colón. En el momento de la fundación el Río llegaba hasta lo que en la actualidad son las Avenidas Leandro N. Além y Paseo Colón, hoy los trabajos de relleno han llegado hasta la Reserva Natural Costanera Sur.
La CPPHC fue creada por la Ordenanza 41.081/86 y se integró formalmente el 11 de octubre de 1995. Se trata de un Organismo mixto, con representantes del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo, que se desempeñan ad-honoren. Estos funcionarios tienen un mandato de dos años, admitiéndose su prórroga. La norma de su creación le dio competencia para coordinar la preservación, promoción, divulgación y difusión de aquellos bienes tangibles e intangibles que constituyen el Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, mediante acciones de rescate, investigación, documentación, conservación, rehabilitación, acrecentamiento y puesta en valor.
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