Fervor por el Papa: realizan las vigilias de Pascuas en las iglesias de Buenos Aires

La Vigilia Pascual comenzó a celebrarse esta noche de Sábado Santo católico en todas las iglesias de las arquidiócesis y diócesis del país donde se vive un fervor renovado de los fieles motivado por la elección de un Papa argentino, Francisco, el ex cardenal primado de la Argentina, monseñor Jorge Bergoglio


El administrador arquidiocesano, monseñor Joaquín Sucunza, comenzó a presidir desde las 21:00, en la catedral metropolitana la "solemne Vigilia Pascual" en la que bendecirá el fuego nuevo y el cirio pascual.

El diácono de la Catedral en esta vigilia, Facundo Fernández Buils, dijo a Noticias Argentinas que "Semana Santa es un tiempo especial porque a la gente le gusta recibir buenas noticias". El religioso comentó que "en estos días la catedral metropolitana se convirtió en un santuario" y "la asunción de francisco fue como una lupa que aumentó la devoción". 

"El significado de la vigilia pascual toca una fibra muy íntima y esta noche adquiere su relevancia donde nos podemos encontrar con la alegría de Jesús resucitado vivo en medio de nosotros", añadió en una Catedral en la que se pudo a ver a muchos turistas del interior, compartiendo la celebración del Cristo resucitado junto a cientos de familias porte El Sábado Santo fue un día hasta la noche de reflexión y silencio porque Jesús está sepultado, según la liturgia católica. 

Era costumbre, durante los primeros siglos de la Iglesia, bautizar por la noche del Sábado Santo, a los que querían ser cristianos. 

También, ese día los que hacían penitencia pública por sus faltas y pecados eran admitidos como miembros de la asamblea y actualmente, la Vigilia Pascual conserva ese sentido y permite "renovar nuestras promesas bautismales y acercarse a la Iglesia con un espíritu renovado", según Teresa Fernández, una especialista en temas católicos. 

Al iniciar la celebración, el sacerdote apaga todas las luces de la Iglesia, enciende un fuego nuevo, con el que prende el cirio pascual, que representa a Jesús. Sobre el cirio, está marcado el año y las letras griegas "Alfa" y "Omega", que significan que Jesús es el principio y el fin del tiempo y que este año le pertenece. 

El sacerdote lleva a cabo la bendición del fuego, luego de la procesión, en la que se van encendiendo las velas y las luces de la Iglesia, el sacerdote canta el Pregón Pascual, un poema muy antiguo, escrito alrededor del año 300. 

Luego continúa la Palabra de Dios: Se acostumbra leer siete lecturas, que empiezan con la Creación hasta llegar a la Resurrección de Jesucristo. Una las lecturas más importantes es la del libro del Éxodo, en la que se relata el paso por el Mar Rojo, cómo Dios salvó a los israelitas de las tropas egipcias que los perseguían ya que el sentido cristiano es que "esta noche Dios salva por Jesús". 

Finalmente tiene lugar la liturgia bautismal, que invita a renovar las promesas y compromisos bautismales: renunciar a Satanás, a sus seducciones y a sus obras y también, de confirmar la entrega a Jesucristo. 

La agencia católica informativa Aica había consinado que en el Año de la Fe, los fieles podrán ganar una indulgencia plenaria en las misas crismales y las celebraciones eucarísticas de la Vigilia Pascual y del Domingo de Pascua de Resurrección, según haya oportunamente establecido el obispo diocesano. 

Por indulgencia plenaria se entiende la remisión del pecado, de tal modo que no es necesaria ninguna otra expiación en el Purgatorio.

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