Un paseo por el Teatro Colón

Erigido hace más de un siglo, el Teatro Colón se constituye como uno de los íconos argentinos del arte, la música y la danza. A la altura de los grandes coliseos del mundo, es semillero de reconocidos artistas y uno de los más importantes por su tamaño, acústica y trayectoria.







Sin nada que envidiarle a la Scala de Milán, la Wiener Staatsoper, la Ópera Semper de Dresde y la Ópera de París, el Teatro Colón fue recientemente restaurado y modernizado a nivel tecnológico para recuperar el brillo original de una sala que acarrea más de 100 años de historia. Es un punto muy apreciado por los turistas extranjeros, tanto por la fastuosidad de su decoración, como por la calidad de sus presentaciones y las características de su arquitectura.
Sobre sus tablas se presentaron grandes artistas de todos los tiempos, como los bailarines Julio Bocca, Maximiliano Guerra y Paloma Herrera; y albergue de compositores como Richard Strauss e Igor Stravinsky; directores de la talla de Daniel Barenboim y Karl Böhm; y cantantes como Plácido Domingo, Enrico Caruso y Luciano Pavarotti, entre muchos otros.
El recorrido diario por el Teatro Colón es guiado y dura poco menos de una hora. En su interior, funcionan  el Instituto Superior de Arte, una Biblioteca, un Centro de Experimentación Musical, y diversos talleres que le otorgan cierta originalidad en comparación con otros coliseos del mundo, debido a que la mayoría de las puestas en escena, telones, escenografías y vestuarios son realizadas en la misma dependencia. Además, hay un Museo en el que se visualizan elementos y trajes de antiguas presentaciones. (Más información: El programa de presentaciones para lo que resta del 2012)
“¡Al Colón!” es una de las típicas frases que se utilizan en la Argentina para quienes tienen éxito en las más diversas expresiones culturales. Y es que en el imaginario colectivo el Teatro Colón concentra el mayor estatus artístico de todos los tiempos. De hecho, fue inspiración hasta de obras literarias como El gran teatro de Manuel Mujica Láinez, basado en la representación de la ópera Parfisal de 1942.
El primer Colón
El antiguo edificio del Teatro Colón funcionaba frente a la Plaza de Mayo de Buenos Aires y tenía capacidad para 2.500 personas. Inaugurada en 1857, la construcción llevó, por primera vez en la Argentina, tirantes y armazones de hierro; los candelabros y arañas eran alimentados a gas; y el escenario era el más grande para la  época.
El espacio duró apenas tres décadas y desarrolló un amplio reportorio que incluyó el estreno de óperas alemanas cantadas en italiano, como ocurría en algunos países de Europa. Finalmente, debió cerrar sus puertas en 1888 para dar lugar a la sede del Banco de la Nación Argentina.
Arquitectura mixta
Declarado Monumento Histórico Nacional en 1989, el actual edificio del Teatro Colón llevó más de 20 años de construcción. Ideado originalmente a fines del siglo XIX por el ingeniero italiano Francesco Tamburini, tras su muerte la ejecución de la obra pasó a manos el arquitecto Vittorio Meano, quien poco tiempo después también debió ser reemplazado por su discípulo belga Jules Dormal.
Este obligado cambio de directores de obra impartió al edificio un mix de estilos que conformaron un admirable ejemplar “ecléctico” del siglo XIX. Según las palabras del propio Meano, el teatro ostenta las características generales del Renacimiento italiano; la buena distribución y solidez de la arquitectura alemana; y la gracia, variedad y ornamentación de la arquitectura francesa.
Características edilicias
La ejecución de la obra se extendió dos décadas y el Teatro Colón fue inaugurado oficialmente el 25 de mayo de 1908 con la presentación de Aída, de Giuseppe Verdi. En tanto, continuaron los trabajos en detalles e interiores durante dos años más, para convertirse con el correr de los años en uno de los monumentos históricos más importantes de Buenos Aires, junto al Palacio del Congreso y la Casa Rosada.
El predio ubicado sobre calle Cerrito (Avenida 9 de Julio), entre Tucumán y Libertad, ocupa en total 58 mil metros cuadrados. La sala principal posee capacidad para 2.487 espectadores sentados y 4 mil de pie; está dividida en siete niveles y es una de las más grandes del mundo con 32 metros de diámetro, 75 de profundidad y 28 de altura.
Entre los detalles que destacan al Colón aparece su rica decoración en dorado y escarlata; unescenario con 35 metros de profundidad de herradura a la italiana; una araña central con 700 bombitas eléctricas; y una cúpula con motivos musicales pintada en 1966 por el reconocido artista Raúl Soldi, la cual reemplazó a la original de Marcel Jambon, afectada durante la década del 30 por filtraciones de humedad.
Muchos de los elementos y ornamentaciones que posee fueron traídos especialmente de Europa, como un luminoso vitral ubicado en el hall de entrada realizado por la casa Gaudin de París y mármoles amarillos y rosados de Siena y Portugal. Además, el Salón Dorado -sede de conciertos de cámara, conferencias y exposiciones con entrada libre y Fgratuita- tiene su inspiración en el Grand Foyer de la Ópera de París.


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